La misión principal de una granja vertical que cultiva plantas en interiores, es imitar a la naturaleza para poder producir los cultivos más frescos y sabrosos en cualquier lugar.

Todos los productores saben lo difícil que es entender a la naturaleza cuando se cultiva un determinado producto en un determinado lugar. Esto se debe a que las plantas proceden de climas y condiciones de cultivo muy diferentes en todo el mundo. Algunas de las plantas que comemos florecen en la humedad y el calor de los trópicos, otras en desiertos áridos o en empinadas laderas de montaña. Algunas plantas pueden aclimatarse por sí solas o criarse en nuevas variedades capaces de prosperar en un clima diferente. Pero la situación es completamente nueva cuando se cultivan plantas en interiores en condiciones climáticas controladas en una granja urbana o granja vertical.

En una granja vertical, podemos proporcionar a las plantas que cultivamos un clima muy similar al clima original propio de su hábitat. Por ejemplo, a las espinacas les gusta el frío, sobre todo al principio de su ciclo de crecimiento, y podemos preparar el clima para proporcionárselo. En cambio, a la albahaca le gusta el calor porque es una planta tropical. Algunas especies crecen mejor a una temperatura de unos 28°C. A algunas plantas les gusta una larga noche de sueño, mientras que otras crecen bien con un largo día de luz. Cada cultivo tiene sus propios requisitos climáticos.

Crear el clima ideal no siempre significa seleccionar lo que es bueno para la planta; a veces se trata de lo que es bueno para el consumidor. Por ejemplo, cultivar la lechuga de hoja de roble roja en un clima y con unos ajustes de luces LED para cultivo que sea buena para el desarrollo de la planta no necesariamente dará como resultado la lechuga de color rojo intenso que se obtiene al cultivarla en el exterior. En campo abierto, la lechuga se encuentra con diversos cambios ambientales que se interpretan como "factores de estrés", como la radiación UV o los grandes cambios de temperatura. Estos factores hacen que la lechuga produzca un pigmento protector (antocianina) que le otorga su coloración roja.

Este "estrés" no es ni bueno ni malo para la planta: es simplemente la forma en que la planta ha evolucionado para sobrevivir a los distintos cambios climáticos de la naturaleza. En este caso, el mecanismo de supervivencia de la planta es bueno para el consumidor, que está acostumbrado a ver una lechuga con pigmento rojo y no aceptaría una variedad de lechuga de hoja de roble roja de color verde, por ejemplo. Y se supone que también es saludable.

En una granja vertical podemos crear las condiciones climáticas y de iluminación específicas que imitan el entorno natural en el que se desarrolla un cultivo para obtener los mejores resultados. En el caso de la lechuga de hoja de roble roja, podemos incluso simular los cambios ambientales que sufre para que la planta produzca los característicos pigmentos fotoprotectores por los que es conocida.

La misma variedad de lechuga de hoja de roble roja que se cultiva en interiores con varias recetas de luz Philips.

Llamamos a los ajustes de estas condiciones climáticas y de iluminación, una receta de cultivo. Nuestro objetivo con las recetas de cultivo que creamos para las luces LED para cultivos es proporcionar las condiciones adecuadas para cultivar cosechas que cumplan los requisitos de cada productor. En algunos casos, significa conseguir un producto que tenga el mismo aspecto y sabor que espera el consumidor. En otros casos, significa experimentar con cultivos de aspecto y sabor diferentes a los normales. Nuestro objetivo es siempre cultivar una cosecha de máxima calidad que tenga el mismo sabor que una cultivada en verano. Eso puede ser un reto si se cultivan verduras de hoja verde en zonas extremadamente frías, por ejemplo, pero incluso en ese caso podemos utilizar luces LED de cultivo para obtener resultados "tan buenos como en verano".